Pillado en la ducha (Katherine)

Ezequiel estaba completamente desnudo duchándose en una de las duchas comunes de ese.. lujoso y prestigioso.. lugar. Se estaba enjabonando el pecho desnudo con serenidad, disfrutando con el masaje. Dejó el grifo abierto de manera que el agua se deslizaba por cada milímetro de su perfecto cuerpo.. acariciandolo de forma ardiente. Tenía los ojos cerrados por lo que no se apreciaba su mirada celeste. Tenía cada músculo del cuerpo bien formado y marcado.. alguna que otra cicatriz le cruzaba la espalda.. con algunos moratones que ni el tiempo logró borrar.

Entré a las duchas luego de una larga corrida por el bosque. Mi respiración aun estaba agitada y la ajustada ropa se pegaba a mi cuerpo como si fuese una segunda piel. Aun tenía los audífonos puestos y la música la llenaba impidiendole escuchar. Abrí una de las puertas sin percatarme de que hubiese alguién y me giré y deje las cosas en una banquita, tarareando una canción.

Ezequiel silvaba algo animadamente cuando oyó algun tipo de ruido. Frunció el ceño y se sacó toda la espuma y el jabón de ese escultural cuerpo. Se puso una toalla en la cintura, que le llegaba a las rodillas y salió de la ducha. Vió a una chica. Alzó una ceja y carraspeó a sus espaldas, sin saber que no lo oiría

- ¿Kate?

Esa canción la adoraba, comencé a bailar levemente, contorneando un poco las caderas, Me despojé del peto sin perder el ritmo. Si alguién supiera que con música cambiaba radicalmente y podía llegar a ser una persona hasta normal, nadie le creería. Y eso sumado al extraño buen humor de hoy, creaba un poco de inusualidad en su compartamiento.

Ezequiel vió como empezaba a desprenderse de su ropa y la llamó repetidas veces, pero ella no lo pudo oir. Se inquietó y pensó que lo hacía a drede... como si coqueteara con él. Alzó una mano para tocarle el hombro pero la recojió antes de llegar a hacerlo.. Se relamió el labio inferior y la siguió mirando con aires tímidos..

Comencé a bajar las calzas con cuidado, pero me detuve justo a la mitad. Por mucho que quisiera no podía entrar a la ducha escuchándo música.

-Perfecto- Bufé sacándo los audífonos de mis oído y desprendí el Ipod de la pretina de las calzas. Lo dejé a un lado y ahora si me dispuse a desvestirme de forma casi completa.

Ezequiel se la quedó mirando con los ojos muy abiertos. Vió como quedaba practicamente desnuda y carraspeó para llamar su atención. Dijo con voz ahogada y nerviosa

- eh.. Ka-Kate.. estoy aquí...

Le daba verguenza no poder dejar de mirarla

Me paré en seco al escuchar una voz masculina, cerré los ojos y negué con la cabeza divertida ¿Había estado dando un show gratis? fue el primer pensamiento ridículo que se me paso por la mente.

-Dime que acabas de llegar- Le pedí, aunque sabía por su voz que él debía de haber estado acá primero. Me giré levemente con un suave rubor en las mejillas.

Ezequiel entreabrió los labios sin saber bien que decir. Después de rodar sus ojos celeste por cada rincón del cuerpo semidesnudo de ella logró susurrar con voz cortada y algo nerviosa

- em.. no.. llevo aquí sin poder dejar de mirarte todo el rato..

Eso me pilló por sorpresa. Me mordí el labio comenzando a ruborizarme de a poquito, cosa que a nadie conscentia para que viera.

-Siento traumarte- Me disculpé y reí nerviosamente, fue la única tontera que se me ocurrió para pasar el momento de incomodidad.

- ¿traumarme porqué? si tienes un cuerpo que muchas matarían por tener.. de veras

Dijo ya recuperando el tono de voz normal. Trató de ni apartar la mirada de sus ojos aunque se le ivan.. él aún andaba empapado.. las gotas de agua resvalaban por su cuerpo bien formado hasta perderse en la pequeña toalla de la cintura.

Me encogí de hombros y está vez fui yo la quién observó su cuerpo. Seguí el recorrido de una de las pequeñas gotitas que se deslizaban por su cuerpo, muy bien tonificado, hasta perderse en la toalla. Pestañeé varias veces y alcé la mirada para toparme con sus ojos. Sonreí de forma inocente, pero a la vez algo pícara.

Ezequiel vió como la miraba y ladeó un poco la cabeza, dejando aparecer esa sonrisa sensual que sabía poner y que hacía que nadie se le resistiera. Carraspeó y como el que no quiere la cosa.. dejó caer la toalla a sus pies.. revelando su desnudez al completo.

Ladeé la cabeza al igual que él y lo miró de arriba a abajo con bastante descaro. Se cruzó de brazos sobre su pecho semi-desnudo y caminó hasta él.

-Lindo cuerpo- Murmuró cerca de su oído, paso por su lado y se giró para no dejar de observarlo, mientras avanzada de espaldas hacía la ducha.

Ezequiel no se lo pensó dos veces y la siguió hasta las duchas como si fuera un cachorro tironeado por su dueña. Se paró detrás de ella con una de sus sonrisas y la abrazó de la cintura, oegándose a su espalda con sensualidad.

Sonreí de medio lado al sentir su abrazo, acaricié sus brazos de forma suave y me adentré un poco más en la ducha algo divertida.

-¿Se va a dar otra ducha señor?- Pregunté con fingida inocencia.

- eso depende de si me enjabonas tú o no...

Susurró de forma sensual a su oído tras lamerle el lóbulo de la oreja con la punta de la lengua. Abrió el grifo dejando que el agua caliente mojara la piel de los dos..

- deberías desnudarte del todo..

Sentí un escalofrío recorrerme cuando lamió el lóbulo de mi oreja. Pero esté se contrapuso totalmente al sentir caer el agua caliente por mi cuerpo.

-Umm... Si me ayudas puede que sea más rápido- Sugerí, removiéndome lentamente en sus brazos, rozando su cuerpo.

- no me interesa que sea rápido.. me interesa verlo y disfrutarlo..

Resumió con una media sonrisa a su oido. Le acarició las curbas de la cintura y se separó para contemplar la escena apoyado en el marco de la puerta de la ducha

Alcé una ceja, media divertida. ¿Quería algo lento y pausado? Pues lo tendría. Cerré los ojos dejándo que el agua escurriera por mi cuerpo. Contorneé las caderas en un vaíven pausado al ritmo de una música imaginaria.

Ezequiel la miró con una ceja alzada mientras reseguía con la mirada las gotas de agua deslizarse por ese perfecto cuerpo del deseo..
Miró sus caderas con serenidad y miró la ropa empapada..

Podía sentir su mirada sobre mi, y un casi imperceptible rubor se alojó en mis mejillas. Moví mi cabello de un lado para otro, divertida no había nada mejor que bailar bajo el agua. Jugué con la pretina de mis calzas bajándola y suviéndola cada tanto.

Ezequiel la miró de forma sensual mientras se relamía el labio inferior con deseo. Clavó sus ojos celeste en los de ella en una mirada misteriosa de esas que no te dejan indiferente..

Abrí los ojos y lo miré con un brillito de picardía. Me mordí el labio inferior e hice un ademán para que se acercará.

Ezequiel no lo dudó y se acercó a paso tranquielo, deteniendose delante de ella con las manos en la cintura y la cabeza algo ladeada. Ahora el agua también se deslizaba por su tonificado cuerpo..