¿el principio del fin? [ Ez & Lu ] [+18]

Me había quedado dormida sin darme cuenta. El cigarro se me habia caido antes de dormirme.
No me di ni cuenta de cuando llegamos a la puerta. Pero en cualquier momento me despertaria seguro
yo era asi de rara.

Ezequiel la llevó a caballito hasta su habitación, no la conocía, pero unos amables reclusos le indicaron el camino. Entró sigilosamente y la tumbó en su cama de forma lenta y cuidadosa, sin hacer movimientos bruscos. Se separó lentamente y no se cortó de agacharle y robarle un beso que solo permanecería en los sueños de ambos..
Ahora sí, se separó y se dirigió a la puerta.

Aquél beso me devolvió al mundo de los vivos.
Levanté la vista, y me di cuenta de donde estaba. Luego mi vista
se fijo en Ez.. ¿se iba? bueno.. en realidad era lo más normal...
Me levanté con cuidado de no hacer ruido, pero por tonta me pegué un tortazo con la mesita de noche.
- Aiii! - me quejé con una mueca de dolor. - mierda de mesita! - le chille a la mesa como si esta fuera un ser vivo.

Ezequiel al oir el grito se volteó rapidamente con los ojos muy abiertos, esperando ver qué era lo que ocurría.. pero solo vió que se había golpeado con la mesilla de noche y que ahora la maldecía como si ésta tuviera la culpa de todo lo ocurrido. Se acercó y se acuclilló delante de ella para masajearle la rodilla con dedos expertos, ya que era dónde se había golpeado. No la miró a los ojos, solo siguió acariciando la piel de ella, anhelando más.

Estaba ditraida chillandole a la maldita mesita, que no me di cuenta
de que Ez se acercaba, hasta que comenzó a masajear mi rodilla con
suavidad. Me mordi el labio inferior. - gracias...- me limité a decirle. Y me senté en el borde de la cama, sin dejar de mirarle. Entonces noté como mis mejillas se ruborizaron. Sin poder evitarlo.

Ezequiel no levantó la mirada, tenía un leve rubor encima de la nariz que lo delataba. Acercó sus labios a la rodilla y suavemente los rozó con la zona adolorida. Dejó que su labio inferior acariciara la piel de ella mientras suspiraba suavemente antes de empezar a retirar el rostro de la pierna de ella.

Me estremeci al primer contacto de sus labios contra la
piel de mi rodilla. Ronronee sin poder evitarlo. Estaba comenzando a
asustarme de mi misma. - ahora parece que el dolor se ha calmado.. - le dije con una sonrisa leve.

- pero mi sed de ti no..

Respondió justo antes de levantarse y buscar de forma desesperada los labios de ella con los suyos. Jamás había sido tan.. ¿impulsivo? No, pero Lucy era distinta. Era una droga para él.. y nada ni nadie podría cambiarlo.

Me encontré con los labios de él, deborando los mios.
Tube impulsos de apartarle, pero no pude resistirme, y yo también
devoré su labios con desesperación. Me tumbé en la cama sin
separarme de él.

Ezequiel se inclinó encima de ella, tomándola de la cintura y haciendo encajar sus labios con una precisión abrumadora. Le encantaba lamer, mordisquear, acariciar esos carnosos labios hinchados de estar tan en contacto con los de él. Le atrapó el labio inferior entre los de él y dió un leve tirón con los ojos cerrados, disfrutando del momento con fiereza.

Me dejé llevar por el momento. Lo deseaba tanto, en cuerpo y alma
que apenas me podía resistir a aquellos besos que me robaban el aire.
Enredé mis dedos en su pelo, despeinandolo.

Ezequiel podía decir lo mismo de Lucy.. la deseaba. Era su amiga, pero.. no podía ocultar más que deseaba sus labios como un pez desea el agua o un pájaro desea la libertad.
Se apretó un poco a ella y coló la lengua en las fauces de ella para explorar una vez más esa zona con regusto a nicotina

Me separé de él llendo al centro de la cama, y me quité la camiseta de tirantes
blanca, tirandola al suelo.
No dije nada, más bien, no quería abrir la boca. Porque sabia que sino
la cagaria de nuevo, y no me lo perdonaria.

Ezequiel vió lo que hizo y se limitó a andar hacia la cama erguido como todo hombre debe erguirse. Por el camino se sacó la camiseta rapidamente y la arrojó al suelo para luego empezar a sacarse los pantalones.. ivan a desahogar sus impulsos sentimentales, encubiertos por el facto sexo.

Yo también me saqué los pantalones, con algo más de dificultad
al ser de pitillo. Las bambas ya las tenia quitadas por suerte.
Me quedé en paños menores, pero eso poco importaba ahora mismo.

Ezequiel se acercó con una de sus sonrisas y la rodeó con fuerza de la cintura, atrayéndola contra su escultural cuerpo. Había algo el Lucy que lo traía loco.. y era algo más que ese bonito cuerpo de jovencita que prometía llegar a ser una preciosa mujer.
Besó sus labios sin tregua, desgastándolos lo mejor que sabía mientras bajaba sus manos al trasero de ella y acariciaba la tela con serenidad pero con deseo

Rodeé con mis piernas su cintura para atraerlo más a mi.
No sabia como, pero ya comenzaba a perder el mundo de vista.
Solo rozarme me hacía sentir asi. Lo malo de todo esto es que acabaria con
un trauma.. seguro... odiaba que no pudiera ser mio.. pues no solo me interesaba su cuerpo bien echo, habia algo en él que me dejaba sin habla.
Acaricié su espalda con ternura.

Ezequiel se tumbó en la cama con Lucy rodeándole las caderas con las piernas. Notó como sus zonas íntimas se acariciaban y eso despertó el interior de su boxer negro. La puso debajo en la cama y empezó a besarle el cuello con locura.. la deseaba.. pero también sentía algo. Jamás le decía eso a una chica cuando ivan a acostarse, pero se le escapó..

- te quiero Lucy..

Me quedé estatica en el sitio.
- Ez... no me mientas porfavor... se que me deseas.. creo - ice una mueca y el miré a los ojos - pero no digas lo que no sientes.. tampoco no quiero forzarte ¿vale? - le dije con una pequeña sonrisa y acaricié su rostro con suavidad.

Ezequiel la interrumpió para besarla en los labios, cerrando los ojos. Toda salvajidad desapareció para dar paso a la ternura.
Se separó un poco y repitió

- te quiero..

Me cortó de repente, dandome un feroz beso.
Yo le correspondi con igual ferocida. Y volvi a escuchar eso que tanto
anelaba cada noche, cada hora.. cada minuto..
- te quiero... - le dije con sinceridad. Una lagrima se escapó de mis ojos, bajando hasta mi mejilla.

Ezequiel se separó un poco y detuvo en seco. Lo estaban haciendo mal.. no quería tener un polvo más con Lucy, y menos cuando se acababa de dar cuenta que la quería y no solo la deseaba. La vió llorar y le besó la lágrima con ternura

- no llores princesa

Me mordi el labio con suavidad, para ahogar las lagrimas que querian
salir en ese momento. Más de felicidad que de otra cosa.
Asenti para que supiera que no iba a llorar. Me tragué mis propias
lagrimas. Para luego volver a sellar mis labios con los suyos. Esta vez
con amora y dulcura.

- Lucy.. no te vayas sin darme un último beso, nunca..

Susurró entre besos, abrazándola de la cintura y haciendo que se sentara en su regazo, pasando una pierna a cada lado del cuerpo, le acarició la espalda con las yemas de los dedos.

Me senti la chica más feliz del universo al oir lo que dijo.
Este chico era sublime.. no había otro como él.
- nunca... - repetí en un susurro, mientras besaba sus labios. Acaricié su espalda con suavidad, y luego apoyé mis manos en su
nuca acariciandole.